Poetas despertad.

No me juzguéis por la letra,
escribo rápido, al paso que
llega la retransición camuflada,
contando balas, con las cuchillas
preparadas.

Sabéis que llevan las intenciones
camufladas tras palabras nómadas
y oraciones que cambian de bando.
prestándose el timón, ordenando,
entre ellos.

Yo ya me cansé de imaginar decir lo
que pienso por eso lo clavo a estacadas
al folio. Para cuando lar arrugas y los
gallos, si llegan a cantar.

Os lo prometo. Vendrán hordas de pájaros
hambrientos de Justicia volando liberes y
engendrando primaveras y se llevará la
lluvia el peso de esta jaula metafísica.

Y llegarán a tierra, y anidarán en cada
corazón, en cada pueblo, en cada ciudad
primero, y cantarán su oda, ya no desesperada.

Y se desfragmentará este imperio sostenido
por la desinformación y la información sesgada,
escribiendo para las personas que no tienen
cuerpo.

Poetas, despertad.
Dejad de bajar la mirada cuando
la noche acaba y abrís los ojos
para ver el gris de la ciudad.

El asfalto hay que teñirlo a canto y
verso. Firmes, cual soldados, porque
esto que os digo es algo que tendremos
que afrontar, tarde o temprano.

He venido hasta aquí, corriendo, para
narraros la historia del nunca acabar,
contando esclavos en el mercado, a ver
si hoy me sale a ganar.

He estado ocupado sembrando Alteas
con Atenea, cosechando tempestad que
vendrá a caer despiadadoa, como nuberos
enfadados lanzando aguaceros sobre sus
cuellos blanco y manos aherrojadas.

Y al fondo, a lo lejos, poetas, volarán
los pájaros. Y no habrá miserias bajo
sus alas ni sistemas sostenidos por
deuda. Y seremos libres.

Por eso, poetas, despertad. Abatid los
párpados, prended los luceros, que se
entere el pueblo de enfrente a señales
de humo. Con sumo cuidado o extrema
violencia coged las antorchas y escribid
con las cenizas.

Dejadlo escrito. Sobre los azulejos, con
rotulador permanente, en verde, verde
esperanza sobre los tímpanos de los templos.
Describid el problema que nos ciega a todos;
a nosotros, y a los que no pueden ver.

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Ya no escribo pluscuamperfecto.

Que me lo cuenten otros.