Lozanía.
No os avergüenza, dejad de fingir.
Que escondéis la cabeza tras el ala
Derecha, como buscando la Paz,
cuando lo único que nos dan de
beber los arroyos es angustia.
Cuando el sol evapora la verdad
y la eleva a altitudes insospechadas e
inalcanzables para el hombre de a pie
y para la mujer de a pie, a pedradas
con la vida.
Y solo llueven mentiras, cuando llueve,
porque ya ni se espera, y la ingeniería
del consentimiento convenció al agua
y ya no fluye.
Estancada como el desarrollo y
la ética, y turbas de barro y légamo
nos ralentizan el paso.
Porque cuando la mano invisible
toca el Objeto, lo ensucia, y por eso
tanta gente vive del blanqueo,
cuando el gran miedo y la gran
tribulación pasean de la mano
por las calles, porque solo hay
Asfalto.
Y a esa misma altura nos
Han obligado a poner nuestras
Expectativas.
Que no nos pertenecen.
No os arrepentís de nada,
dejad de fingir que también tuvisteis que agachar la cabeza,
Y llamar a vuestros ancestros.
Dejad de decir que tendisteis la mano a manos en las que sólo
habita la esperanza, y hasta eso deshacíais.
Y por eso el mercado.
Por eso los bienes intermedios y el valor fiduciario.
Estoy cansado de estar en deuda sin saber con quién.
De que mis días no me pertenezcan.
De ver cómo se apagan las estrellas en las
Pupilas de cualquier persona con la que me
Cruce, y como yo, desconozca la causa, o
Prefiera ignorarla.
Despertándome entre pesadillas, sentado en este
Estado del que quieren hacerme partícipe.
Temiendo La llegada de mi profecía auto cumplida, antes de tiempo.
Cuando el tiempo apremia y toda derrota sale cara
y no hay con que pagarla.
De no ser más ,que que un individuo más en las calles.
Diferente al resto, como todos, por eso proclamamos la igualdad y somos
conscientes de la otredad, lo cual nos hace aún más vulnerables.
Así que reniego de vosotros, que sois inherentemente míos
al igual que yo lo soy vuestro, porque al tercer día y ya después
Espejismos sobre el agua, el descaro y el descanso.
Por eso yo desde allí vengo grito en verso, así que,
Podéis relajaros.
Como a Octavio Paz,
Escuchadme llorar en medio de la sordera universal.
Que escondéis la cabeza tras el ala
Derecha, como buscando la Paz,
cuando lo único que nos dan de
beber los arroyos es angustia.
Cuando el sol evapora la verdad
y la eleva a altitudes insospechadas e
inalcanzables para el hombre de a pie
y para la mujer de a pie, a pedradas
con la vida.
Y solo llueven mentiras, cuando llueve,
porque ya ni se espera, y la ingeniería
del consentimiento convenció al agua
y ya no fluye.
Estancada como el desarrollo y
la ética, y turbas de barro y légamo
nos ralentizan el paso.
Porque cuando la mano invisible
toca el Objeto, lo ensucia, y por eso
tanta gente vive del blanqueo,
cuando el gran miedo y la gran
tribulación pasean de la mano
por las calles, porque solo hay
Asfalto.
Y a esa misma altura nos
Han obligado a poner nuestras
Expectativas.
Que no nos pertenecen.
No os arrepentís de nada,
dejad de fingir que también tuvisteis que agachar la cabeza,
Y llamar a vuestros ancestros.
Dejad de decir que tendisteis la mano a manos en las que sólo
habita la esperanza, y hasta eso deshacíais.
Y por eso el mercado.
Por eso los bienes intermedios y el valor fiduciario.
Estoy cansado de estar en deuda sin saber con quién.
De que mis días no me pertenezcan.
De ver cómo se apagan las estrellas en las
Pupilas de cualquier persona con la que me
Cruce, y como yo, desconozca la causa, o
Prefiera ignorarla.
Despertándome entre pesadillas, sentado en este
Estado del que quieren hacerme partícipe.
Temiendo La llegada de mi profecía auto cumplida, antes de tiempo.
Cuando el tiempo apremia y toda derrota sale cara
y no hay con que pagarla.
De no ser más ,que que un individuo más en las calles.
Diferente al resto, como todos, por eso proclamamos la igualdad y somos
conscientes de la otredad, lo cual nos hace aún más vulnerables.
Así que reniego de vosotros, que sois inherentemente míos
al igual que yo lo soy vuestro, porque al tercer día y ya después
Espejismos sobre el agua, el descaro y el descanso.
Por eso yo desde allí vengo grito en verso, así que,
Podéis relajaros.
Como a Octavio Paz,
Escuchadme llorar en medio de la sordera universal.
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