El hastío cosmopolita.
Podría haber sido
un día cualquiera,
podría haber sido
un día cualquiera
pero joder cómo
duele tanto
equivocarse.
Estábamos ahí,
sentados, todos nosotros.
Tú y yo, el uno frente al
otro, en silencio, con las
luces apagadas escuchando
el tráfico y dejándonos llevar por
los semáforos.
Estamos cansados
de verlas venir y
no poder hacer nada,
encadenados a ti, a tu
espiral maquiavélica, a tu
mirada de indiferencia hastía, al
vórtice de la nada al
que arrastras a los
transeúntes.
Intentamos esquivarte.
Intentamos voltearnos
y hacer malabares para
esquivar tus sucios dardos
de veneno de serpiente,
tus esputos, intentando
no caer en esta
inconsciencia general
de la que hablan
los anuncios.
La gente lo ignora pero
en lo ignoto hay castillos
de paja hay dinosaurios,
ya extintos, firmando
tratados transnacionales con
plumas que sangran
sangre de personas
explotadas y hablan
de colisiones
de intereses.
Y hablan de mediación
y creatividad, de resolución
de conflictos, dicen que
ya habrá tiempo de
dejar cicatrizar que
lo importante es seguir
adelante, el crecimiento
económico y todo
eso.
Y sigue el congreso
a lágrimas de alcohol
y sisean las serpientes
secretos que pocos
conocen y los Lobbys
y los tribunales privados
y todo este descaro
de robar al ciudadano
que ignora lo ignoto.
Lo que no queréis contar a sabiendas
de que nadie se lee el BOE.
Y lo que siento.
Siento tanto odiarte que
me duele el pecho, porque
eres tan bella que
me duelen los ojos pero
en esta ciudad solo hay
sonrisas falsas
y mucha gente
en el metro.
Y me da vergüenza querer asimilar que
estudio Derecho.
Porque sigo encadenado
a esta desvergüenza
y en la lejanía,
escucho llorar a Otero.
La villa de bilbao, el bocho...
El fondo del pozo al que hemos
sido condenados si
queremos ser
"alguien".
Porque esta sociedad
del egocentrismo sólo
conoce miseria. Y vaya
misterio.
Quién descubra
por qué somos náufragos
aún que mey lo explique.
Porque por mucho que pase
no sé por qué paso todo esto
y mirad la estampa.
Que hablan de bienestar
pero 80 años de paz no son nada.
2017 años de paz no son nada.
Mota de polvo en comparación
con concatenaciones de generaciones
en ruinas y dignidad sobre
el asfalto.
Hemos sufrido.
Todos. Estamos sufriendo
de inanición intelectual
a quemarropa. Te quieren callado.
Yo prefiero golpear
y despreciar a quien instiga
y se cuelga como cuadros
obligaciones por medallas.
Sus palabras son metralla.
Porque hoy estoy así.
Y toda esta frustración
que es fruto de la tormentosa
sensación de estar despierto
y ver llover
entre tus faldas.
Bilbao,
¿Por qué me has sometido?
un día cualquiera,
podría haber sido
un día cualquiera
pero joder cómo
duele tanto
equivocarse.
Estábamos ahí,
sentados, todos nosotros.
Tú y yo, el uno frente al
otro, en silencio, con las
luces apagadas escuchando
el tráfico y dejándonos llevar por
los semáforos.
Estamos cansados
de verlas venir y
no poder hacer nada,
encadenados a ti, a tu
espiral maquiavélica, a tu
mirada de indiferencia hastía, al
vórtice de la nada al
que arrastras a los
transeúntes.
Intentamos esquivarte.
Intentamos voltearnos
y hacer malabares para
esquivar tus sucios dardos
de veneno de serpiente,
tus esputos, intentando
no caer en esta
inconsciencia general
de la que hablan
los anuncios.
La gente lo ignora pero
en lo ignoto hay castillos
de paja hay dinosaurios,
ya extintos, firmando
tratados transnacionales con
plumas que sangran
sangre de personas
explotadas y hablan
de colisiones
de intereses.
Y hablan de mediación
y creatividad, de resolución
de conflictos, dicen que
ya habrá tiempo de
dejar cicatrizar que
lo importante es seguir
adelante, el crecimiento
económico y todo
eso.
Y sigue el congreso
a lágrimas de alcohol
y sisean las serpientes
secretos que pocos
conocen y los Lobbys
y los tribunales privados
y todo este descaro
de robar al ciudadano
que ignora lo ignoto.
Lo que no queréis contar a sabiendas
de que nadie se lee el BOE.
Y lo que siento.
Siento tanto odiarte que
me duele el pecho, porque
eres tan bella que
me duelen los ojos pero
en esta ciudad solo hay
sonrisas falsas
y mucha gente
en el metro.
Y me da vergüenza querer asimilar que
estudio Derecho.
Porque sigo encadenado
a esta desvergüenza
y en la lejanía,
escucho llorar a Otero.
La villa de bilbao, el bocho...
El fondo del pozo al que hemos
sido condenados si
queremos ser
"alguien".
Porque esta sociedad
del egocentrismo sólo
conoce miseria. Y vaya
misterio.
Quién descubra
por qué somos náufragos
aún que mey lo explique.
Porque por mucho que pase
no sé por qué paso todo esto
y mirad la estampa.
Que hablan de bienestar
pero 80 años de paz no son nada.
2017 años de paz no son nada.
Mota de polvo en comparación
con concatenaciones de generaciones
en ruinas y dignidad sobre
el asfalto.
Hemos sufrido.
Todos. Estamos sufriendo
de inanición intelectual
a quemarropa. Te quieren callado.
Yo prefiero golpear
y despreciar a quien instiga
y se cuelga como cuadros
obligaciones por medallas.
Sus palabras son metralla.
Porque hoy estoy así.
Y toda esta frustración
que es fruto de la tormentosa
sensación de estar despierto
y ver llover
entre tus faldas.
Bilbao,
¿Por qué me has sometido?
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